
¿Intuición o Miedo? Cuando la Verdad habla.
Cometemos un error muy común:
confundir la intensidad emocional con verdad interna.
Y es comprensible. Porque tanto el miedo como la intuición se sienten dentro, y ambos pueden ser intensos. Pero la diferencia no está en la emoción que generan, sino en el origen desde el que emergen y en lo que provocan después.
Hay voces dentro de ti que te exigen actuar.
Y otras que solo muestran.
¿Sabes cuál estás escuchando hoy?

El miedo nace del sistema nervioso.
El miedo es anticipación. Siempre intenta protegerte de lo que ya viviste.No le interesa la verdad, le interesa su seguridad. Y por eso se repite. Te hace tomar decisiones respecto a las del pasado.
El miedo te da señales físicas: encoge el estómago, cierra la garganta, agita la mente. Y mientras lo escuchas, te imaginas posibles desenlaces. Empiezas a pensar en qué harás, cómo lo explicarás, cómo evitarás el daño.
Este punto es clave:
El miedo necesita crear una historia. La intuición no. Pero eso no significa que la intuición no vea. Al contrario, ve con claridad, pero no lo convierte en un drama.

La intuición nace del alma en estado presente.
La intuición no necesita protegerte. Te orienta. Te coloca. Se alinea con lo que es.
Y para que se active, necesitas estar presente. No acelerado, ni esperando respuestas.
Presente.
La intuición, en cambio, no te prepara para actuar. No hay nada que "hacer" con ella. Solo registrar. Sentir que algo se ordena, que algo se muestra. Y que puedes, si quieres, moverte desde ahí. Sin urgencia, sin justificación.
Sin miedo.
La intuición no razona. Pero sí reconoce.
La intuición reconoce patrones sin juzgar. Observa el movimiento, siente la vibración, y en lugar de etiquetarlo como "peligro" u "oportunidad", simplemente te lo muestra. La intuición no busca tener razón:
Solo llega.
Y si tienes el centro interno despejado, la reconoces. Y si no, la confundes con otra cosa.
No todo lo que se siente fuerte es cierto.
La intuición verdadera es como una voz sin voz que sigue ahí, intacta, aunque tardes días en responderle.
No hay fórmula, pero sí hay señales:
- Si lo que sientes te divide internamente, no es intuición.
- Si se sostiene en calma y te centra, aunque duela, sí puede ser intuición.
La intuición es la voz más simple que existe
Esperamos que llegue en forma de señal, visión, mensaje canalizado, impulso místico o certeza rotunda.
Pero la intuición, cuando es verdadera, no viene a probarte nada. Solo se muestra, te toca el corazón. Y tú decides si tienes la madurez para reconocerla sin estropearla con interpretaciones.
Escuchar el corazón en lugar de la mente.
Ese es el trabajo: No amplificar el "don", sino pulir el canal.
Y si estás aprendiendo a escucharte con más verdad, este espacio está hecho para ti.
Escrito por Jaspe,